martes, 20 de noviembre de 2012

El remate del tomate

No sé si a alguien más le habrá pasado como a mí, que alguna vez he necesitado un poco de tomate frito y he abierto una lata o un brick y el resto ha ido a la nevera y se ha acabado estropeando, además, de forma muy rápida. 

Le solución es reutilizar algún bote que tengamos, de los de mermelada, pepinillos, etc. Se lava a conciencia para evitar olores. La tapa se puede dejar en remojo con una gota de lavavajillas y agua caliente un rato pero que también pierda el olor que pueda haber cogido. 

Echamos el tomate sobrante en el bote y cubrimos con un chorreón de aceite de oliva, que quede cubierto todo el contenido del bote pero sin pasarse, una capa finita es suficiente. Así se conserva en perfecto estado el tomate en el frigorífico.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Con estas manitas

¡¡¡La niña terremoto ya ha cumplido un año!!! Una fiestecita sencilla y con los más íntimos pero ha estado feilz al ver tantos globos y guirnaldas por todo el salón, abriendo regalos y aplaudiendo cuando cantábamos. 

Ahora hemos cambiado la dieta ya a una de niña mayor y come casi de todo a trocitos. El comienzo ha sido bien chungo. Al intentar darle los primeros trocitos de macarrones con una gota de tomate, tú vas con todo el cuidado y con un rollo de papel de cocina al lado, por lo que pueda pasar... pero no abre la boca, se da la vuelta en la trona y llora como cuando las enfermeras de la maternidad le pellizcaban los pies para que se despertara y mamara... Nada, que no hay manera, que no quiere. Pues empezamos bien...

Te armas de valor y en frente de ella te comes tú algún macarroncillo insípido (hervidos sin nada de sal y con sólo una gota de tomate, qué ricos, ¿eh?). "Mmmmmm, qué ricos están..." Te mira pero vuelve a llorar. Nada, que no hay manera. 

Entonces se te enciende la bombilla y coges uno con los dedos, te lo comes. Te comes otro. Vamos bien, ha dejado de llorar y te mira. Al tercero que te comes, mete ella la mano en el plato y espachurra uno. Ahora coge uno y se lo lleva a la boca. Se le cae pero rebusca, lo encuentra y se lo come. Mastica un poco y vuelve a por otro. Ésa es la solución, ¡que coma con las manos! Así de simple y nadie te lo había dicho.

Desde ese día, come todo con las manos porque con tenedor es imposible, iremos probando poco a poco pero de momento come de todo, tortilla, pescado, judías verdes y  zanahorias hervidas sin sal y sin nada de aceite, ni ningún condimento... ¡puajjjjjjj! Te sientes hasta mal por darle "eso".

Y ahora empezamos a beber de vaso directamente. Esto nos va a costar también porque por ahora bebe un poco y lo vuelve a echar en el vaso.