viernes, 9 de noviembre de 2012

Con estas manitas

¡¡¡La niña terremoto ya ha cumplido un año!!! Una fiestecita sencilla y con los más íntimos pero ha estado feilz al ver tantos globos y guirnaldas por todo el salón, abriendo regalos y aplaudiendo cuando cantábamos. 

Ahora hemos cambiado la dieta ya a una de niña mayor y come casi de todo a trocitos. El comienzo ha sido bien chungo. Al intentar darle los primeros trocitos de macarrones con una gota de tomate, tú vas con todo el cuidado y con un rollo de papel de cocina al lado, por lo que pueda pasar... pero no abre la boca, se da la vuelta en la trona y llora como cuando las enfermeras de la maternidad le pellizcaban los pies para que se despertara y mamara... Nada, que no hay manera, que no quiere. Pues empezamos bien...

Te armas de valor y en frente de ella te comes tú algún macarroncillo insípido (hervidos sin nada de sal y con sólo una gota de tomate, qué ricos, ¿eh?). "Mmmmmm, qué ricos están..." Te mira pero vuelve a llorar. Nada, que no hay manera. 

Entonces se te enciende la bombilla y coges uno con los dedos, te lo comes. Te comes otro. Vamos bien, ha dejado de llorar y te mira. Al tercero que te comes, mete ella la mano en el plato y espachurra uno. Ahora coge uno y se lo lleva a la boca. Se le cae pero rebusca, lo encuentra y se lo come. Mastica un poco y vuelve a por otro. Ésa es la solución, ¡que coma con las manos! Así de simple y nadie te lo había dicho.

Desde ese día, come todo con las manos porque con tenedor es imposible, iremos probando poco a poco pero de momento come de todo, tortilla, pescado, judías verdes y  zanahorias hervidas sin sal y sin nada de aceite, ni ningún condimento... ¡puajjjjjjj! Te sientes hasta mal por darle "eso".

Y ahora empezamos a beber de vaso directamente. Esto nos va a costar también porque por ahora bebe un poco y lo vuelve a echar en el vaso.

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